Bienestar

5 señales de que tus niveles de cortisol son demasiado altos

Presta atención a lo que te dice tu cuerpo
5 señales de que tus niveles de cortisol son demasiado altos
Icíar J. Carrasco

Las búsquedas en Internet sobre el cortisol se han disparado de un tiempo a esta parte. Aunque todos necesitamos una pequeña dosis de esta hormona del estrés para regular el metabolismo y el azúcar en sangre, así como para mantener un equilibrio hormonal saludable, el exceso de él (resultado del estrés crónico o prolongado) puede ser perjudicial. Si crees que podrías tener el cortisol disparado, el primer paso para solucionarlo es reconocer las señales. He aquí cinco síntomas a los que merece la pena prestar atención.

Exceso de grasa abdominal

Si estás estresada de forma habitual es probable que comas de más o que no elijas bien tus tentempiés. Dicho esto, el aumento de grasa alrededor del estómago no solo es síntoma de una mala alimentación, sino que también es el resultado directo del exceso de cortisol. Cuando el cuerpo está sometido a estrés se liberan cortisol y adrenalina (otra hormona de respuesta al estrés) para afrontarlo. Esto aumenta la tasa metabólica y libera la glucosa almacenada, que se convierte en grasa y se almacena en el abdomen. La razón por la que se acumula rápidamente es que probablemente la amenaza a la que nos enfrentamos no es física (por ejemplo, que nos persiga un tigre y tengamos que echar a correr), sino psicológica (por ejemplo, una bandeja de entrada llena de mensajes sin leer), por lo que la glucosa no se quema y se dirige directamente al estómago.

Sueño interrumpido

Cuando el cortisol se descontrola puede causar estragos en los patrones de sueño: si te cuesta dormirte o te despiertas con frecuencia en mitad de la noche es probable que se deba a eso. Una curva de cortisol saludable es más alta por la mañana y va disminuyendo a lo largo del día, llegando a su nivel más bajo a la hora de irse a la cama. Si la curva está desajustada sucede lo contrario: por la noche es más alta de lo deseable, lo que puede causar vigilia e inquietud e impedir que duermas lo suficiente.

Cara hinchada

Si tienes la cara hinchada o demasiado redonda podría deberse a un exceso de cortisol, pues este provoca el almacenamiento de grasa en ambos lados del rostro. También puede hacer que el cuerpo retenga más agua, lo que explicar por qué este está más hinchado de lo normal si estás estresada. En algunos casos, la hinchazón facial puede deberse al síndrome de Cushing, que se produce cuando el cuerpo produce demasiado cortisol o recibe demasiado debido al uso prolongado de ciertos fármacos, como los esteroides.

Mala cicatrización

Si tu cuerpo tiene cortes, contusiones o dolores que no parecen mejorar, el culpable podría ser el exceso de cortisol. Cuando los niveles de esta hormona son más altos de lo normal inhiben la producción de citoquinas, las moléculas responsables de poner en marcha el proceso de curación del cuerpo y de frenar la inflamación. Esta última aumenta notablemente cuando el cortisol elevado es crónico, por lo que no es de extrañar que a tu cuerpo le cueste recuperarse.

Hinchazón constante

Cuando el cortisol elevado es duradero alterar o frena determinadas funciones fisiológicas imprescindibles para la supervivencia, y el sistema digestivo es a menudo uno de los primeros afectados. El cortisol es el regulador metabólico responsable de la absorción de sales y minerales. Cuando estamos estresados, el exceso de esta hormona dispara los niveles de sal y hace que el cuerpo retenga más agua de la que necesita. La reducción del flujo sanguíneo al sistema digestivo también interfiere en la motilidad intestinal, lo que crea desequilibrios bacterianos en el intestino que pueden conducir a la mala digestión de determinados hidratos de carbono. Ello genera un exceso de gases que, combinado con el aumento de agua, provoca hinchazón.

Este artículo se publicó originalmente en Vogue.com. Traducción y adaptación: Carmen Cocina.

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