La diseñadora chilena Paula Matthei presenta su nueva colección nupcial, bautizada como El rincón de Alicia. Una propuesta que nace a partir de los recuerdos su infancia y de sus vivencias más personales. Tomando su familia, su casa y sus recuerdos como punto de partida, la diseñadora ha creado una colección de vestidos de novia confeccionados con retales rescatados y muestras olvidadas. Así, con una línea de vestidos plagados de volúmenes y una estética marcada por el romanticismo, Matthei transmite la importancia de dar una segunda vida a las cosas.
¿Cuál es la inspiración para esta nueva colección?
Llevo años pensando en hacer una colección para sacar fotos en mi casa familiar. Es una construcción colonial alemana de 1870 en medio del campo. Mi tatarabuelo fue con sus seis hermanos desde Alemania en barco hacia el fin del mundo, en búsqueda de la aventura.
Tuve la suerte de vivir mi infancia en una caja de recuerdos de las diferentes generaciones que han pasado por ese lugar: cada puerta que abres es un tesoro de sorpresas. Los baúles y maletas antiguas con los que viajaron moviendo su casa completa, muebles incluidos. Y la mejor parte es que está todo conservado y reutilizado, lo que dejó de tener su vida útil, encuentra otra, un nuevo propósito; lo que se rompe se arregla. Lo bueno se cuida y se guarda, para mí eso es darle el verdadero valor a las cosas. Aproveché esa cultura alemana que traspasó generaciones para hacer algo sostenible y con sentido. Por eso cuando decidí el año pasado hacer la colección para sacar las fotos ahí, quise diseñar bajo esa misma premisa, en vez de hacerlo de cero con todas las puertas abiertas, me marqué los límites y diseñe en base a lo que tenía en el taller: sobras, muestras, o de retales de tiendas que ya nadie quería y que fui acumulando.
¿Por qué El rincón de Alicia? ¿Cuál es su significado?
Al momento de nombrar los vestidos, decidí usar los nombres de las mujeres de mi familia que pasaron por la casa; Elena, Frida, Edita, María Luisa, Graciela, Esther, Lila, Emilia, Aída, y Alicia (la más importante para mi, era la hermana de mi padre y mi madrina). Y como quería darle un nombre infantil que representara estos bodegones de juego, flores y travesura, Alicia calzaba perfecto. Evoca a el país de las maravillas (en este caso sería mi mundo de las maravillas) y el concepto Rincón hace referencia ese concepto que tiene cada niño en su mundo interior. En el mío siempre hubo mucho de observar y de hacer con las manos.
¿Cómo definirías esta nueva colección?
Es la primera colección con una carga emocional tan personal, esto te hace repensar quién eres, de dónde vienes, porque eres cómo eres, e infinitas cosas más. Por eso quise resaltar en la estética infantil y lo importante que son esos primeros años cuando todavía no eres consciente de la realidad que te rodea, que te marca una pauta de quién serás como adulto sin que tengas la menor idea. Al mismo tiempo quise buscar referencias antiguas de las diferentes épocas que pasaron por esa casa, y mezclarlas en cada diseño, logrando un resultado con patronaje variado, formas exageradas, contrastes y texturas.
Porque esta época del año también tiene mucho que ofrecer a los novios y a sus invitados y ya no es temporada baja para el sector nupcial
¿Cuáles son las texturas y tejidos protagonistas de esta colección?
Esta colección la quise diseñar a través de sobras y darle una nueva vida a telas que normalmente no se utilizarían. Esto me hizo darle diferentes vueltas a los pedacitos de telas que tenía y nos forzó a experimentar técnicas que no me hubiese planteado con una tela de metraje indefinido. Sobre todo fibras naturales como sedas y algodones.
Experimentamos con el patchwork en un chaleco, encajando pedacitos de telas casi inservibles, de diferentes texturas y tonalidades de blanco, restos de muchas de las novias que han pasado por el taller, inclusive algunas de Chile. Los guardé porque son telas buenas de fibra natural que para mi aún no eran basura. Los triángulos de bámbula que quedan después de cortar faldas y colas terminaron dándole vida una prenda muy fluida, llena movimiento. Las sobras de la colcha antigua (de mi bisabuela) que usé para mi vestido de novia, las usé para hacer una camisa con inspiración en uniformes de soldado del siglo XVII, pero llevado al romanticismo.
¿Cuáles son las tendencias que reinan en esta nueva colección?
La verdad es que no busqué referencias en las tendencias actuales, me quise alejar bastante de eso para lograr un mundo mágico que te envuelva y te haga soñar, para luego aterrizarlos a mis clientes en el mundo real. El romanticismo hasta ahora ha sido algo que se mantiene en mis colecciones, y creo que es parte de mi esencia como diseñadora, lo divertido es ver cómo puedes llevar ese romanticismo a algo actual, que te transporte al pasado, sin alejarte del presente. Jugar con los volúmenes en sus diferentes maneras es algo que me encanta, porque no tiene nada que ver un volumen en una tela rígida con uno en una tela fluida, ambos invaden espacio pero transmitiendo sensaciones totalmente diferentes.
¿Hay cierta inspiración en la estética regencycore?
Dentro de las referencias había un poco de diferentes épocas a partir del 1800, y el corte imperio lo utilicé más que nada buscando ese toque de vestido infantil de muñeca, y poder potenciar ese imaginario en la colección. Pero utilizando con diferentes telas y estructuras, uno tipo corsé con una falta de pliegues irregulares que le dan un toque teatral al vestido, otro con un volumen exagerado después del pecho entregando una silueta tipo algodón de azúcar, y otro con una tela que fluye y cae de manera suave sobre el torso y cadera. Y así tener formas totalmente diferentes entre sí pero que tienen una conexión a nivel general.
¿En esta colección los vestidos seguirán siendo a medida?
Sí, seguirán siendo a medida los vestidos que salgan de nuestro atelier, creo que es una de las maneras más sostenible de tener un negocio de moda, donde se le da el mimo y dedicación a cada prenda, y de esta manera se le da un valor mayor para la persona que lo encarga. La máxima expresión del slow fashion es la costura medida, y creo que es algo que se ha ido perdiendo a pasos agigantados en el mundo entero, ahora todo se trata de replicar la mayor cantidad de veces, sin pensar tanto en la calidad, sino en que se vendan más vestidos. Creo que los diseñadores, que continuamos haciendo vestidos a medida, somos responsables de mostrarle a nuestras clientes lo que es el hacer de la ropa, su complejidad y el tiempo dedicado que hay por detrás.
- Fotógrafo: Carlos Ortega @carlosortegaphoto
- Modelo: Victoria Rutenberg @rutenbergvictoriaa
- Estilismo: Paula Matthei Da Bove, Consuelo Fernandez @consuelodesigner
- Asistente de estilismo: Francisca Prieto @f.ra._p
- Dirección de arte: Carmen Gloria Da Bove, Paula Matthei Da Bove
- Asistente dirección arte: Consuelo Fernandez @consuelodesigner, Juan Agüero.
- Makeup & Hair: Catalina Figueroa @catamuah
- Producción: Diego García Valdecasas @diegovaldecasas, Arturo Matthei
- Asistentes de producción: Romilia Mora Zurita
- Joyas: Isabel Cardemil @tita.cardemil
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