La boda en Tarifa de Elena y Andrés: un vestido de novia desmontable de Romancera y un homenaje a sus raíces andaluzas

Fue precisamente en las gaditanas playas de Roche, en plena Navidad, cuando llegó la petición de matrimonio. “Fuimos a dar un paseo por los acantilados de Roche y viendo la puesta de sol, me lo pidió”, apunta Elena. Comenzaba así su cuenta atrás para el gran día, que tuvo lugar el pasado 16 de septiembre de 2023, con una ceremonia religiosa en la Ermita de la Virgen de la Oliva, en Vejer de la Frontera y con una celebración en el Cortijo El Aguilón, en Tarifa.

Decoración nupcial inspirada por Andalucía bajo la temática midsummer night

Elena y Andrés no contaron con wedding planner para los meses previos al gran día, buscar proveedores y definir el concepto del enlace; en cambio quisieron organizar la boda ellos mismos desde su casa en París. Sin embargo, confiaron la coordinación del día a Virginia, directora comercial del reputado Alfonso Catering, responsable del menú nupcial y con sede en Jerez de la Frontera: “tuvimos el apoyo de nuestra familia y amigos y en especial de Virginia, que nos ayudó con los preparativos y se encargó de coordinar”.

Colores como el azul cielo, el verde prado o el tono de la luz del verano estuvieron presentes en la decoración, los detalles y la inspiración de la boda, porque estos novios quisieron celebrar un enlace de verano en Cádiz, bajo la temática Midsummer Night. “Es donde hemos crecido y guardamos los mejores recuerdos con nuestras familias y amigos: los largos días en la playa, los pueblos blancos, las noches de fiesta…”. Por ello buscaron que fuera una celebración entre amigos, con ambiente campestre y un toque aflamencado, pero siempre sencilla, sin excesos. Lo andaluz, con sus cortijos, su aire vintage, sus patios y sus ermitas, estuvo muy presente, desde las mesas a la música. Además, para aprovechar el fin de semana: “recomendamos a los invitados que venían de fuera que se hospedaran en Vejer, donde organizamos la preboda el viernes por la tarde”, señalan.

Investigaron espacios de bodas en esta región de Andalucía y dieron con Cortijo El Aguilón, con varias construcciones de estilo clásico colonial y ubicado en el Parque Natural de Bolonia, que les permitió conseguir el aire rural que querían sin demasiado esfuerzo. "Nos costó mucho encontrar un sitio que reflejara nuestra idea. Un entorno natural y bucólico, casi se podría decir que algo descuidado, pero que encajaba a la perfección con lo que teníamos en mente. Con varios patios, jardín tropical, huerto de naranjos y unas cuadras con caballos andaluces. No se necesitaba añadir mucho más”, reconocen.

Romancera, la firma detrás de su vestido de novia transformable

En sintonía con el romanticismo y el aire silvestre escogido como estilo en su boda, Elena se decantó por un vestido de novia a medida desmontable y con movimiento, de Romancera. “Tuve un flechazo con Tamara, su sensibilidad y su pasión por su trabajo hizo que conectáramos enseguida. Yo quería algo minimalista y romántico a la vez, dos vestidos en uno, y ella supo reflejarlo perfectamente”, explica. La base era un diseño en crepé de satén de seda, con cuello halter drapeado y espalda con pliegues diagonales. Encima llevaba un sobrevestido, realizado en organza de seda natural stropicciato, plisada en Como (Italia), con diferentes capas asimétricas en la falda y una voluminosa doble cola. Lucía así una manga raglán con puños desflecados y un cuello Perkins con un acabado similar.

El ramo completó el look para sumarle el deseado toque salvaje, un diseño en cascada con flor de manzanilla, astilbe, astrantia y ornitugalum; ideado por la Floristería Decorflor, de San Fernando. Los complementos de la novia hicieron el resto: un velo de seda con doble capa realizado en un antiguo telar manual, su anillo de pedida y unos pendientes con historia: “Eran de mi tia Kety y aunque ella ya no está con nosotros, siempre está muy presente. Mi algo azul”. Por detalles como este los novios guardan un maravilloso recuerdo de su gran día y se quedan con lo mejor: “reunir a nuestras familias y amigos, que venían de fuera, fue muy especial. Alquilamos la finca durante varios días y nos quedamos con nuestros seres queridos más cercanos hasta el lunes. Nos encantó poder pasar todo el fin de semana todos juntos”.

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